Después del tiempo de las declaraciones de apoyo y condena, hay un tiempo para las acciones. ¿ Cuáles pueden ser?
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, la mayoría de las micronaciones han condenado la decisión del presidente Putin de invadir un estado soberano. Algunos toman partido por Ucrania y otros abogan por la paz y el fin de las hostilidades, colocando a los beligerantes espalda contra espalda. En cualquier caso, ninguna micronación se ha pronunciado a favor del presidente ruso y todas hacen la distinción entre el pueblo ruso que no necesariamente es unánime con la decisión de su presidente.
Ahora que se han expresado todos estos puntos de vista, ¿qué pueden hacer realmente las micronaciones? Varias cosas si nos fijamos en ciertas declaraciones que han aparecido en las redes sociales y en las webs de varias micronaciones.
La recaudación de fondos de organizaciones humanitarias es una primera opción elegida en particular por el Principado de Aigues-Mortes. La Cancillería ha enviado un correo electrónico a todos los ciudadanos del Principado con una lista de fondos humanitarios a los que se pueden hacer donaciones. Estos fondos se destinan principalmente a la provisión de alimentos, ropa y equipo médico.
El boicot a los suministros hechos en Rusia es una segunda opción que ha sido aplicada por el Principado de Woodlandia ubicado en Canadá. Esta micronación ha suspendido la compra de sus banderas a su proveedor ruso. House of DeHerrera también hizo este compromiso en un discurso en video de su Rey William desde su Embajada de Queen Creek en Arizona.
Una tercera opción es participar activamente en manifestaciones públicas según lo planeado por Lord Watitune, Jefe de Estado de las Islas New Weddington. Invitó a algunos de sus conciudadanos a unirse a él en este proceso. El objetivo es mostrar apoyo y solidaridad con la comunidad de expatriados ucranianos que residen en Canberra, Australia. Juntos, se unirán a oradores de la comunidad ucraniana en Canberra, así como a parlamentarios y líderes de organizaciones de derechos humanos para denunciar la violencia en Ucrania. La cita está hecha para el viernes 11 de marzo en un parque de Canberra.
Una última opción es la asistencia directa que ofrece el Embajador del Gran Ducado de Flandrensis en Hungría a los ciudadanos de la micronación que requieran alojamiento temporal. Por su parte, el Gran Duque Nicolás de Flandrensis dio un buen ejemplo al contactar personalmente a cada uno de sus compatriotas rusos y ucranianos por correo electrónico. Se aseguró de que cada uno de ellos estuviera seguro y saludable.
Con este dramático conflicto entre dos países hermanos, las micronaciones se encuentran frente a sus límites. En este contexto, ya no se trata de dibujos de uniformes militares y entrega de medallas. En cambio, se trata de acciones, ideas y soluciones para demostrar la utilidad de las micronaciones y su capacidad para desempeñar un papel humanitario.
Acabamos de mencionar algunas opciones que demuestran que varias micronaciones ya están reaccionando para brindar asistencia de acuerdo a sus medios. Las micronaciones ofrecen un espacio universal y una creatividad ilimitada. Por lo tanto, podemos esperar otras iniciativas humanistas por venir que demostrarán que los micronacionalistas pueden marcar la diferencia.
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